domingo, 19 de junio de 2011

Yasuni

Señor presidente, déjese de pendejadas y explote nomas el Yasuní. No nos haga más los bobos. Deje de jugar con los plazos y los milloncitos. No nos van a pagar lo que usted pide. Puede que sea una idea innovadora, pero pregunte a los innovadores cuantas ideas buenas no funcionaron. No basta con que sea una buena idea.

Deje su chantaje al mundo exterior. Parece un niño chiquito. “Si no me compras un regalo, no me tomo la sopa”. Eso es ecologismo infantil

Explote nomás el Yasuní. Pero eso sí, cumpla con todas las normas de la Constitución, la ley y los tratados internacionales de los cuales el Ecuador es signatario. Permítame recordarle que con bombos y platillos se aprobó en el Ecuador una Constitución que reconoce derechos a la naturaleza. Derechos que según sus ministros justifican actos como dinamitar maquinaria que está destruyendo los bosques y afectando a la gente. Entonces, bajo esa misma lógica, cualquiera que dinamite un pozo petrolero y que lo haga en bien del ambiente y de la gente, no será culpable de nada sino un paladín de la justicia ambiental.

Yo se que la ley forestal, vigente desde 1981, puede estar bastante desfasada. Yo se que a estas alturas puede parecer un mamotreto. Pero es la ley y según entiendo hay que cumplirla. Dicha ley establece que en parques nacionales y el Yasuní hasta donde yo se es Parque Nacional, no se pueden realizar actividades productivas. Entonces?

Bajo que concepto se incumple una ley tan clara? Supongo que el pragmatismo impone que se deben utilizar los recursos de petróleo para generar los ingresos que permitan al gobierno desarrollar sus programas. La lógica es simple y brillante, pero como buen economista usted sabe que dicha lógica no ha incorporado los valores que corresponden a la naturaleza y a los servicios actuales y potenciales que nos prestan. Muchos sostenemos que la riqueza no es el petróleo sino la biodiversidad.

Pero explotar la biodiversidad es mucho más difícil que explotar el petróleo. Requiere inteligencia y honestidad. Dos cosas que usted promueve a destajo: mentes lúcidas y manos limpias.

Yo voté no a la constitución porque no estoy de acuerdo en muchas cosas. Pero soy un hombre democrático que acepto mis derrotas. Entonces, asumo que la Constitución está vigente y que tengo que cumplirla. Lo de los derechos de la naturaleza me parece algo lírico pero casi imposible de aplicar en la práctica porque poniéndose la mano en el corazón, no sería posible desarrollar casi ninguna actividad humana para poder permitir que sus derechos no sean vulnerados. En la práctica es así. Pero existen dichos derechos, están consagrados en nuestra carta magna. Así que toca cumplirlos. Más aún su gobierno que con tanta devoción redactó e hizo aprobar la Constitución

Una explotación del Yasuní es anticonstitucional. Más allá incluso de las excepciones previstas. Porque la naturaleza, que explota en ese lugar, tiene derechos que no se pueden vulnerar. Incluso el mecanismo previsto de declarar el interés nacional y luego la consulta no basta. Porque derecho es derecho y la naturaleza tiene los suyos.

Yo se que lo que digo puede sonar infantil. Pero lo infantil no soy yo sino la Constitución. Violarla en nombre del pragmatismo no se si sea lo correcto en una democracia. Ese es el acuerdo al que llegamos los ecuatorianos.
Viva y asuma su contradicción. Algunos ya sabemos que el plan B está avanzando, que ya están obteniendo licencia ambiental para la exploración. Deje de vernos la cara y explótelo nomas. Si la Constitución y su conciencia se lo permiten.

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